Bienvenidos "quemeros"

Este es un sitio donde tenemos, todos los que amamos a Huracán, la posibilidad de opinar sobre aquello que haga referencia a la actualidad del club de Parque Patricios.

sábado, 13 de agosto de 2011

Comienzo complicado.


Retornando a la acción en el Nacional B, y luego de un cambio dirigencial con algunas decisiones efectivas y aires renovados, tras el alejamiento de Carlos Babington y sus amigos en la conducción de la institución, Huracán se presentó en la ciudad de Córdoba para enfrentar a Instituto por la primera fecha de la temporada 2011/2012.

Finalizada la novela invernal sobre la positiva continuidad de Javier Campora, los regresos de Sanchez Prette, Mauro Milano y las incorporaciones de Mauro Villegas y Cristian Leiva como las más destacadas y Juan Amador Sanchez como conductor, el Globo no plasmó en el debut el entusiasmo de sus simpatizantes antes las espectativas generadas en la previa.

Derrota por dos goles con un saldo de seis jugadores amonestados, otro expulsado y la muy buena tarea simplemente del arquero Lucas Calviño, ( Gastón Monzón estuvo como suplente ), para evitar una goleada en contra en este inicio de campeonato.

Solo al comienzo del encuentro Huracán fue algo más que el local tras una buena presión sobre la salida rival, aprovechando los desajustes defensivos de los conducidos por Dario Franco. Parecía que Sanchez Prette se convertía en el conductor del Globo y en la figura del partido, que Javier Campora complicaría a la dupla central cordobesa y que los medios de Juan A. Sanchez controlarían las acciones del juego. Pero nada de eso se confirmó con el correr de los minutos, ya que una mano en el área visitante del debutante Martín Pautasso propicio la falta transformada en penal y gol a favor de "La Gloria" .

Claudio Fileppi tomó la posta que abandonó el conductor del Globo, e hilvanó cada contragolpe local. Los juveniles debutantes Lopez Macri y Dybala ( 17 años) sin descollar fueron superiores a toda la defensa "quemera" y en el fondo tanto Barsottini como Erpen, borraron literalmente del juego a los delanteros de Huracán. Cada centro al área del Globo era una invitación para aumentar el score por parte local y ya con los dos goles consumados, Instituto controló con poco el juego y el resultado que como ya explicamos no fue más abultado un poco por inexperiencia de los delanteros cordobeses y otro tanto por la labor de Calviño.

Sobre el final el descontrol se adueño de Pablo Lopez (debut y expulsión), Cristian Tavio ( debió ser expulsado también) y algún otro valor de los dirigidos de Sanchez, quien si aún no se dio cuenta, tomará nota que de acuerdo a lo demostrado en está primer presentación sus conducidos deberán cambiar radicalmente su potencial, actitud y conducta.

El Nacional B no es un "paseo" ni un estado de vacaciones temporarias. Con nombres no se ganan los partidos. En Huracán la experiencia desafortunadamente en esta categoría no es algo nuevo y el esfuerzo para volver a la primera división es grande y espinoso.



Jorge Aja García.

miércoles, 22 de junio de 2011

Te quiero eternamente, Globo.


     Me quedo con las lágrimas del Roly cuando en la Bombonera se decretó el cuarto descenso de Huracán en su historia. Una historia que en los últimos veinticinco años lo tiene en un vaivén de idas y vueltas entre la B Nacional y la máxima categoría.


     La expresión de Rolando Zárate se mezcla con la ingenuidad de Luciano Ospina, Dario Soplán, con la "mufa" de Javier Campora, con el amor propio de Gastón Machín y Britez Ojeda, con aquellas jugadas infantiles casi de adolescentes de Monzón y Facundo Quiroga en algún partido crucial, con la inexperiencia del "tito" Pompei y su valentía para agarrar a este plantel abandonado desde la dirigencia en una demostración de ineficacia y falta de coherencia y capacidad para dirigir a un club de primera división, transformado más bien en una Unidad Vecinal dónde se organizan los viajes turísticos de los jubilados. ( con el respeto que se merecen las Unidades Vecinales)


     Todos y cada uno somos responsables porque somos parte de Huracán. Jugadores con la posibilidad de lograr otros resultados, dirigentes con la responsabilidad que les cae como tal, socios por elegir hace muchos años dirigentes sin cualidades para administrar, hinchas violentos que rompen el propio patrimonio de la institución y así cada uno con su cruz, el que la tiene y sino con su mochila, pero todos somos parte del Globo. (La perdida económica es muy importante. Ya no se podrá contar con aquellos quince millones que reparte "el Fútbol para todos", los ingresos por público visitante y las publicidades no serán las mismas).

     Ni Brazenas en aquel domingo de granizo ni hoy Lunatti con sus expulsiones y ese penal no sancionado a favor del Globo son los culpables de este nuevo descenso. Huracán comenzó a gestar su viaje de regreso al Nacional hace dos años en una tarde de agosto muy fria pero soleada en La Quemita, con Cappa y Ruso aún como entrenadores en una práctica contra la reserva de Boca que conducía Abel Alves. Arano y Pastore ya habían emigrado. Federico Nieto se había ido en los vestuarios el día de la final contra Vélez. Carlos Araujo y Matías De Federico esa misma tarde se despedían del club cansados de promesas y mentiras. El "maestrico" Gonzalez también volaba, pero a Méjico. Era el comienzo del desarme de aquel famoso equipo que muchos llamamos "los ángeles de Cappa". Solo Supermario, aguantó seis meses más rodeado del "pato" Toranzo, Paolo, Dominguez y Monzón. Pero el tren no llevaba la misma carga y la oportunidad pasó como pasa pocas veces. Allí esa tarde el todavía presidente Carlos Babington, se plantaba con su soberbia y su "imponente estampa" para no darse cuenta que ese era el momento de Huracán.


     Lo que siguió precipitó este final. Como todos los finales tristes. Con ese dolor de ya no pertenecer y con esas caras de impotencia y resentimiento, con rostros desencajados, vencidos y amargados. Aún algunos lo toleramos porque tenemos la obligación de no bajar los brazos, porque no podemos demostrar a nuestros hijos que esto es el final, porque no toleramos sus lágrimas, sus llantos y sus abrazos dejando caer sus "mocos" sobre nuestros hombros. Sus ojos rojos, inflamados por la bronca y esas pocas palabras que salen para levantar un animo maltrecho.


     Nos une la sangre, aquella anécdota que le pude contar del "Loco" y la mirada complice de mi viejo por haber sido exagerado en el relato y sus recuerdos de otras generaciones, nos une una lágrima que aún guardo del primer descenso en 1986, aquel cabezazo del "turco" en Lomas de Zamora, las gambetas del "huracán" Gastón, la corrida del "tero" Di Carlo, el zurdazo del "monito" Gordillo en Mendoza, el ticki ticki, una lágrima de este cuarto descenso, los amigos que se generaron en el Ducó con el paso del tiempo y ese amor a una camiseta, a un barrio, a un Parque que perdura para siempre.
     Nos une un sentimiento que no se negocia ni aún en los peores momentos, por eso Globo, ......te quiero eternamente.






                                                    Jorge Aja García.

sábado, 18 de junio de 2011

Cellay nos dio otra vida.


          Me acordaba de aquellas ráfagas en el descenso contra Italiano en el Amalfitani, y veo por la imagen de la televisión a un quemero bien quemero dándonos otra vida. Justo Christian Cellay, (uno más de la lista que pertenecen a los "golpeados" por este presidente y sus colaboradores), con la casaca de Boca marcando un destino impensado, casi ni soñado por el más delirante.
          Aparentemente recuperado de su afección cardíaca Carlos Babington, como contra Vélez, presenció la derrota del Globo en Avellaneda. El y solo el y su comisión directiva son los responsables de tanto sufrimiento y tanta mediocridad. Más acorde a una Sociedad de Fomento que a un club de elite del fútbol argentino, Huracán es una vergüenza desde lo institucional y desde lo futbolístico.

          La goleada sufrida contra Independiente, pone muchas cosas en su lugar y marca varias realidades. El Globo es un equipo entre mediocre y malo sin conductor afuera y dentro de la cancha. Antonio Mohamed tan solo cumple con su trabajo. Tratar que su equipo funcione y gané como corresponde. Qué Ricardo Carusso Lombardi y sus dirigidos no puedan mantenerse entre los veinte mejores equipos del fútbol nacional y Quilmes regrese al lugar que históricamente siempre le correspondió. Y por último qué Gimnasia de La Plata siga luchando como hace tres años lo viene haciendo por mantener la categoría.


          No se puede hablar de la derrota contra Independiente porque no hay equilibrio ni paridad entre un conjunto y el otro. Cada presentación del Globo marca diferencias más pronunciadas entre un plantel que pertenece a Primera y otro que lucha y se mantiene con esperanzas solo por errores ajenos. En cada jugador de Huracán se encuentra la verdadera impotencia y la desazón como fiel reflejo de este presente tan pobre, con sueldos atrasados, con acusaciones cruzadas, con ánimos maltrechos. Así y todo aún queda una bola más. Ni esforzándose por darse muerto, a los muchachos de Pompei el destino le da otra posibilidad entre las tantas desperdiciadas.


          Es el martes la última Globo. Y el cuerpo técnico entre tanta miseria deberá iluminarse para poner lo mejor. No hay mucho en carpeta, pero la oportunidad está en puerta.






                                                                                                    Jorge Aja García.

domingo, 12 de junio de 2011

Prolongación de la incertidumbre.


Una combinación de resultados lógicos se dieron en esta anteúltima fecha, lo que provocó la obtención de un nuevo campeonato por parte de Vélez y la ansiosa espera por saber aún, quienes serán los clubes para ocupar los lugares de descenso directo y promoción. Allí está Huracán como uno de los protagonistas principales de esta situación, el que deberá enfrentar en Avellaneda a Independiente sin esperar la suerte de otro rival siempre que el Globo consiga una victoria. De no ser así entonces los resultados de Gimnasia y Quilmes decidiran la suerte del conjunto "quemero".

Nuevamente sin público Huracán, esta vez debió enfrentar a Vélez. Y especulando con la derrota del "Lobo" platense a manos de All Boys en la jornada del sábado el equipo de Pompei desde el comienzo del cotejo plasmó una imagen de conformismo ante un eventual empate. Con este planteo era de esperar que en cualquier instante del partido el combinado de Gareca tomara ventaja y aunque el Globo pudo controlar los tibios intentos del mismo durante el primer período, en la reanudación y ante el empuje serio y decidido de Vélez, tras un cabezazo de Santiago Silva, la mediocridad de Huracán quedó enterrada en sus especulaciones y cálculos mezquinos. El juego siempre fue propuesto por la visita en busca del campeonato y vaya casualidad que otra vez el conjunto de Villa Luro se consagra como hace unos años enfrentando al Globo. Pompei con su esquema de ocho jugadores esperando en su terreno como si fuera el "catenaccio" , ( aquella táctica ultradefensiva de la escuela italiana), la que fuera la salvación, nunca y al menos por verguenza o por amor a la camiseta, intentó con sus jugadores arriesgar en busca de un empate. Solo Luciano Nieto como enganche ( enganchado con el piso jugó todo el partido) y dos puntas eran las camisetas rojas que pasaban al terreno rival. El resto de los protagonistas estaban más inmersos en la lucha y el control o descontrol hacia los rivales tal como Facundo Quiroga y "sus perlitas", en su oscura trayectoria con la indumentaria de Huracán.

Desde los merecimientos, Huracán ya hizo muchos como para descender. Gracias a que otros contrincantes caminan por la misma senda es que todavía el club de Parque de los Patricios cuenta con posibilidades de conseguir una plaza en la zona de Promoción y dirimir su futuro en la categoría frente a un rival surgido del Nacional B, que no escapa de Unión, San Martín de San Juan o Belgrano de Cordoba.

En lo meramente deportivo el Globo es la "caja de pandora". En lo dirigencial es lo más parecido a una revuelta musulmana, que a un orden democrático. Así con sueldos atrasados y con un entusiasmo más cerca del suelo que incentivados por una utopía de quedar en primera división, este plantel está definitivamente perdido en en busca de un solo objetivo y una sola preocupación que sería evitar el descenso.

Independiente será el juez de la suerte del Globo, aunque por capacidad propia es Huracán el único responsable de su destino.



Jorge Aja García.

domingo, 5 de junio de 2011

La lucha se mantiene viva.


Un triunfo de un valor incalculable. Porque nadie sabe el desenlace final y a falta de seis puntos en disputa, con uno de ventaja sobre Gimnasia, nada está decidido. Al pasar los primeros veinte minutos del partido y ver que al Globo no le habían convertido aún, ya era un buen presagio para lo que podía suceder a continuación. Hasta pareció que a partir de ese momento el equipo se soltó un poco más. El medio controló los espacios y la defensa mantenía al límite cualquier intento del siempre peligroso Denis Straqualursi.

Practicamente así fue todo el cotejo contra Tigre. Aquel tiro de Zárate en el palo desde fuera del área hizo pensar que algo distinto estaba por concretarse . Desde el gol de Gastón Machín, Huracán dio signos de ser un poco más que el visitante, rodeado de un ambiente extraño con tribunas vacías y el griterío de los protagonistas que hacían de la "tardenoche" un partido de fútbol extraño. No por el desarrollo en sí, más bien por el entorno. Pero las vueltas y los desenlaces que provocan algunas actitudes desencadenan tarde o temprano en realidades complejas y extremas.

Llegó el penal luego de una mano del "pato" Galmarini y tras un rebote sobre el arquero Daniel Islas en la ejecución, el mismo Javier Campora aumentó la diferencia lo que suponía transformar el juego por parte del local en una tarea de control de las acciones. Pero Huracán no está maduro para semejante proeza y sobre el final de la primera etapa el conjunto del vasco Arruabarrena descontó en el score.

El Globo de todas formas en cuarenta y cinco minutos había logrado lo que le costó conseguir en los últimos siete partidos, dos goles. Y para sorpresa de los pocos presentes y de los muchos ausentes nuevamente Campora colocaba el tercer gol para el globito. Esto ya era mucho para la realidad actual de este equipo más predispuesto a las críticas despiadadas provocadas por sus propias y maltrechas actitudes que a un manto de virtudes apenas conseguidos en una presentación que lo coloca afuera del descenso directo, al menos por una semana. Es tal la presión misma que le genera a cada jugador del Globo verse con una ventaja y ese "miedo" interno a no poder mantenerla que se autorefugia sobre su propio arco y da facilidades al rival para intentar llegar a dar vuelta un resultado que en otras circunstancias sería sencillo poder mentener.

Más tarde llegó la posibilidad muy clara del Roly Zárate solo frente a Ardente, (ya había sido reemplazado Daniel Islas en la valla de Tigre, que sufrió un fuerte golpe en su pierna derecha), pero la situación fue muy bien resuelta por el arquero. Tigre producto de las intermitencias del Globo se acercó otra vez en el marcador con un cabezazo de Gonzalez y todos los miedos, fantasmas y realidades cayeron sobre el césped del Ducó. Pero el vacío de las gradas fue protagonista de una victoria merecida pero costosa aunque de acuerdo a los resultados ajenos proyecta a Huracán a que nuevamente cuente con la posibilidad de depender de si mismo y no de terceros para conseguir quedarse en puestos definitivos de promoción y soñar con el milagro de pelear por mantener la categoría otra temporada más.

Al Globo le quedan por enfrentar a Vélez e Independiente nada menos, mientras que Gimnasia debe visitar a All Boys y recibir a Boca en la última fecha. Todo está por suceder. No hay nada decidido ni resuelto. Pero los tres puntos conseguidos frente a Tigre deja un interrogante de cara al final del torneo.



Jorge Aja García.

domingo, 22 de mayo de 2011

Huracán es un verdadero caos.


Ya no falta nada para demostrar que Huracán es el reflejo de la debacle, de la anarquía y de la desunión de un club que fue ejemplo de un estilo futbolístico en los años 70 y principios de los 80. En todos los medios de comunicación, radiales, escritos, televisivos y online ya se cansaron de sumergir al Globo y sepultarlo como uno de los próximos clubes a descender al Nacional B.

Méritos sobran para que Huracán sea ejemplo de lo que no se debe hacer con una institución deportiva donde el fútbol es materia principal y donde las distintas dirigencias de los últimos treinta años cometieron errores en cadena y donde el actual Presidente, el Sr. Carlos Babington y sus secretarios no encuentran soluciones a la realidad y por el contrario se sumergen en la soberbia para encerrarse en su burbuja con lo cual solo consiguen el desmembramiento y derrumbe del club.

Un cuerpo técnico que no encuentra el rumbo y un plantel de jugadores que no conforman un grupo, ya desde principio de año y con Miguel Brindisi como entrenador. No hay reacción y cada rival parece el Barcelona de Guardiola por las diferencias que marcan sobre el Globito en cada partido. Ya dijimos que es igual Godoy Cruz que Villa Mitre de Bahía Blanca. No hay rival más difícil que el mismo Huracán y su propia sombra. Los jugadores muestras impotencia y falta de orden a tal punto que ya ni Gastón Monzón brinda tranquilidad desde la valla.

Huracán es un verdadero caos y si en la semana se hablaba que quizá se podría generar disturbios en la Platea Miravé, cómo el jefe del operativo policial y desde la conducción del club no tomaron las medidas que eran previsibles. Todo es un desorden y una improvisación por Parque Patricios. Luego llega la queja y el contragolpe simple y desproporcionado de la Policía qué reprime a un grupo de socios de Huracán y que no tiene las "agallas" para enfrentar una usurpación en la vía pública.

El Reino del revés diría alguna voz más inteligente y pensante para corroborar el presente del Globo, que deambula inmerso lleno de interrogantes y camino del mismo infierno generado entre cuatro paredes y producto de la altanería de unos pocos creídos monarcas aferrados a un sillón prestado del cuál interpretaron que sería eterno su uso, pero también su abuso.



Jorge Aja García.

domingo, 15 de mayo de 2011

Ni el canto de la cigarra.


Ante cada presentación del Globo no se puede repetir el mismo comentario ni dar la misma opinión. Aunque buscando e imaginando ideas solo surge partido a partido la sensación que queda menos tiempo para seguir viendo a Huracán en primera división.

Ni con el diccionario como soporte, ni barajando sinónimos encuentro más adjetivos que todos los que ya utilicé desde la época de Rivoira hasta esta última derrota en Santa Fe. Y los culpables ya ni importan porque dejaron de ser lo importante. Porque demostraron inoperancia, incapacidad e ineficiencia para conducir a la institución y no solo desde las contrataciones de jugadores. Desde su puesto de administradores jamás pensaron en Huracán como un proyecto y menos a futuro. En lo económico y en lo social el Globo está cerca del fondo y como dice la canción: ..."tantas veces me mataron, tantas veces me morí"....

Y el Globo se parece a "la cigarra", pero no sabemos cunado volverá a cantar, porque está más cerca del propio entierro que de resucitar.

Hablar de la derrota por tres goles contra Colón, es solo un detalle, una anécdota. Si ya la cara de los jugadores antes de comenzar el partido era de pánico. Jugar con linea de tres en el fondo y cinco en el medio, una improvisación, cómo para improvisar , Pompei.

Un equipo amateur. En esto se convirtió Huracán. Sin brújula, sin Norte, sin imagen y sin vergüenza. Ni con lupa, ni microscopio se ve una luz. No hay nada. Porque al menos en un equipo de amigos reina la alegría y la unión pero a Huracán ya solo le queda el blanco histórico de su imagen.

Gimnasia ya está en la misma linea, pero con otro ímpetu y otras ganas, lo que demuestra aunque los números digan lo contrario que el Globo está en un derrumbe sin fin. No hay reacción ni conducción, ni medicina que cure esta enfermedad. Estudiantes, Lanús..........da lo mismo. El problema no es el rival, el problema es Huracán y aunque enfrente como adversario esté aquel grupo de amigos, dudo que este Globo tan desinflado pueda hasta contra su propia sombra.

Jorge Aja García